jueves, 1 de abril de 2010

Comida Chatarra Escolar


No. Me vael madre que me digan fomentador de la obesidad, pero no estoy de acuerdo con que retiren la comida chatarra de las escuelas.

En primer lugar porque es una aspirina contra el cáncer. No van a bajar de peso los morritos por dejar de comer media hora al día las deliciosas chucherías que vendan las doñas o dones en las tienditas escolares.

Esto es de hábitos. Los hábitos se forman en el hogar. De que sirve que no coman en la escuela si en el hogar los morritos no son pelados en su mayoría... los padres, por trabajar o ver telenovelas, no se ocupan de ellos, les dan 5 pesos cada dos horas para que vayan a la tiendita a compensar su patético rol paterno trastocado a cientos de miles de calorías en doritos, churrimiaus, cocas ligth y la madre y media. No jodan.

De niño el momento más chido, más grato, más pocamadre, era el de ir al receso. Jugar e ir a la tiendita.

En la primaria me tocaba hasta el otro patio de la enorme Cuitláhuac. El atravesar la zona de los "grandes" era como ir en la jungla esperando la mordida de un león en cualquier instante. Churritos, tortas de jamón, refresco, jugos, agüitas, donas...

En la secu la experiencia mejoró. Ahora eran hielitos, taquitos de aire con cucarachitas, borrachitos, jugos, tortas, aguas, y demás dulces. O las famosas tortas de pellejos, canjeables con papelitos de cartulina sellados de forma jodida. Era orgásmico. Sobretodo estar con doña Pancha, la de la mano sabrosa y dientes sepia. Desde alburearla hasta platicar en serio con ella.

Yo fui delgado durante toda mi infancia, y empecé a subir de peso a mediano durante secu. Y no, no era por comerme unos churritos con limón y crema a la salida de la 33. Ni por la bolsa diaria de hielitos que le compraba a doña Pancha. Fue por no hacer nada de ejercicio. Por estar aplastadote y preferir la computadora por encima de la bicicleta. Cuestión de hábitos. Entre los que no se me inculcaron cuando era niño y los que no elegí cuando tuve conciencia de mis actos.

La cuestión es de atención a los niños... de hábitos en el hogar... de equilibrio en las comidas y ejercicio. La vida moderna es engordante. El trabajo, el estres, no hay tiempo para una comida sana... cada vez hay más químicos cancerígenos en los alimentos ("naturales" o procesados")... es un círculo vicioso engordante. Con modificar sólo lo escolar, media hora al día, no combatirán demasiado...

La solución debe ser integral: familia, escuela y gobierno. Hábitos sanos, mayor tiempo en familia, programas para ejercitar a los rechonchos niños -yo siempre rehuí la hora de educación física con cualquier pretexto o saltándome las clases----

Ni hablar... pobres morritos mexicanos... familia desintegrada, religión pedófila y ambiente narcosangriento... aparte de que no comerán delicias a la hora del receso... no tendrán receso, como en Tamaulipas, por las balaceras...

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