miércoles, 21 de octubre de 2009

Tiempos Viejos...


Hace un par de horas salí por unos menesteres, y me topé con una sorpresa inusitada que tendrá en agonía mi alma por un par de horas, en caso de que alguien como yo la tenga.

Paso y veo a una chica delgadita, curriosa incluso, con lentes, timida en su andar, con una colección de chamacos... ¿Alma?

Me fui de largo, pero no me quise quedar con la curiosidad... ni las ganas, para que lo niego, de volver a verla y saludarle.

En putiza di la vuelta y la intercepté, cual secuestrador, pocos metros después de nuestro cruce inicial. Me bajé del chevy, me vio y apresuró el paso, pero le dije... "¿Alma?", y sí, si era. La otrora preciosísima Alma Rosa V. C.

Caray, que cosas de la vida.

En la secundaria ella era la mejor. En todo. Estaba en las clases de danza y representaba a la escuela en esos eventos. Estuvo conmigo haciendo el ridículo en teatro. Era de las aplicaditas de 10. Y, lo que realmente importaba a las masas, era la más hermosa, primorosa, chula de la escuela. Todas se la pelaban. Morenita, delgadita, con unas caderas que jamás volví a ver por la vida... Cuando fue el certamen de La Reina de la Primavera, 1997, arrasó. Las chavas de los otros salones poco tenían que hacercon tamaña beldad.

No lo niego: siempre me gustó. Pero era de Víctor. Él, uno de mis mejores amigos en esos lustros, la amaba desde 6to de primaria. O sea como 3 años de antelación. le tocaba. Ella jamás lo peló. ¿La razón? Ni puta idea. Él no era feo -ya salimos con joterías-, era deportista, y buen amigo. Ok, no era Einstein. Pero seguramente se hubiera partido el lomo y el alma por ella. Era amor del bueno. Siempre la rondó y nunca lo peló. Prefirió al Pedro, un pendejito que sólo se la quería coger. Quizá lo hizo.

Aunque nunca hubo algo entre ella y Víctor, más que su amor incondicional que duró muchos, pero muchos años, nadie osó proferir sus intenciones hacia ella de forma directa. Pero no nos hagamos pendejos: bien que todos queríamos con ella. El Rana, Hugo, Changui, Quintero, Efraín (que se acaba de conectar al messenger y no sé si comentarle o no), yo...

Pasó el tiempo y los rumores llenaron los huecos. Las chicas comenzaron a tener hijos. Maribel. Paulina. La More. De ellas ni pedo. Aunque estudiaron un rato la prepa no se veía que llegarían lejos. Más que la verdad. Pero... ¿Alma? Eso me conmovió la mía... Alma lo tenía todo para triunfar en la vida: carisma, inteligencia, proactividad, liderazgo, habilidades deportivas y artísticas... y esa hermosura que sacaba suspiros del pecho.

Y no uno.. sino varios... y con un pobre pendejo que la dejó... rumores, aclaro. No he tenido el tiempo, aún, de platicar con ella. Espero que sea pronto. Al menos algo positivo me ha traido octubre entre tanta putiza que me dió.

Hace poco vino Hugo a mi casa. Pensamos en ir a visitarla pero nos ganó la pena. Sí, la pena de quien siente o sintió algo especial y teme encontrarse con el puto chacal que tiene el premio mayor. Desistimos de la idea. Pero, incluso, en mi lista de las 999 cosas que debo hacer antes de morir, en el apartado 157 dice "Salir algún día con Alma". O sea que las ganas existen.

Aclaro: Alma no fue el amor de mi vida... no fue al nivel de Susana, Érika o la Chapis. Me gustaba. Mucho. Pero aún así siempre me quedé con esa espinita de salir con ella aunque sea un coffe. Cheve. Agua de limón con chía. Lo que sea. Pero un par de horas olvidar el tedio y saber que pedo con su vida.

Tenerla enfrente de mí fue grato, pero también doloroso. Agridulce. Un chocolate muy amargo. Y no lo digo por su piel morena (de hecho es la única mujer morena que me ha gustado en la vida... racista el niño...), sino por verla tan... jodida. Acabada. Desperdiciada. Derruída. Puteada. Madreada. Vilipendiada. Aporreada. Vejada. Machacada. Abatida. Etcétera.

¿Cómo puede ser la vida así? No digo que soy el hombre más exitoso del mundo. Pero tengo estabilidad... amargado, sí, sin novia y lleno de cómics y libros en mi habitación antes que de pantaletas sudorosas de dama y condones para la próxima reunión con mis nenas, de los rugositos y de sabores, pero la vida ha sido buena conmigo. No tengo esa cara demacrada que me lució el día de hoy la hermosa Alma Rosa.

Entre lo muy poco que platicamos, pues traía cargando a un bebé y no quise entretenerla, además de otros 3 caminando, que tenía muchos, muchos, proyectos... pero señaló a los niños como diciendo "por su culpa no he podido". ¿Otra generación de no queridos, de no deseados? Le contesté que deben ser su motivación, su combustible -olvidé esa palabra en aquel instante-, para echarle ganas. Sí, pero es difícil enmendó.

¿Y yo? "Sólo y amargado", contesté. Amargado no, dijo, al ver mi buen semblante. Siempre traigo mi cara de estúpido feliz. Pero soy actor. Chafa, pero actor. Que una vez llegó a mi casa a comprar para ver si me veía, pero estaba mi mamá solamente. Que cosas...

Me pasó su cel, y bueno, en los próximos días la voy a sonsacar.

Me despedí de ella, de los niños (los saludé uno por uno, y el niño de brazos sonrió como loco cuando le hice getas de estúpido). Les dije que se portaran mal.

Me subí al carro, arranqué y nos alejamos cada cual en dirección opuesta. Y a mi mente vino una canción, un tango viejito de Gardel que Facundo Cabral canta de forma orgásmica:

¿Te acordás, hermano, lo linda que era?
Se formaba rueda pa' verla bailar...

Cuando por la calle la veo tan vieja
doy vuelta la cara y me pongo a llorar.

Y dicho sea de paso, casi lo hice... pero no podía hacer el ridículo en la calle... pero por dentro el alma se me desangraba... aún lo hace...

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