miércoles, 4 de febrero de 2009

El antiseguro antisocial...


Mi madre lleva dos años peléandose conmigo para que la dé de alta al IMSS por medio de mi trabajo. Y por angas o mangas, no lo he podido hacer, para su reproche. "Pero si fuera una de tus amigas luego, luego irías"... chale... así son las madres.

Del IMSS detesto su nauseabundo olor a muerte. Pasé parte de mi niñez ahí. Quizá por eso no me gusta entrar ya. Asmático como soy, tuve la suerte de caer en las manos de una eminencia en el área, un verdadero chingón que me la "erradicó" desde la niñez. Digo, de estar muriéndome varias veces en mi infancia, todo amoratado en incubadora, a no tener un sólo ataque en más de 16 años, wow...

Pero también hay cada pendejo... imbéciles burócratas. Imbéciles practicantes. Imbéciles directivos.

El año pasado, cuando aún le hablaba al Alex, y se andaba dizque muriendo por un dolor en el pecho, a toda prisa lo llevé a Urgencias. Me salieron que no era su clínica. Hice un pinche escándalo: "Este cabrón se me va a morir y ustedes no lo pueden atender... ¿con quien tengo que ir para que lo atiendan?" Y allá voy con el director en turno a hacérsela de pedo. ¿Qué no lo atendían? Mis huevos! Que el pinche Alex hubiera salido con que era un dolor muscular y no del corazón, pues ya fue otra canción, pero lamentablemente tenemos que someternos a esa pinche burocracía inepta y acatar órdenes como si fueran nuestros amos y señores, siendo nosotros quienes les pagamos su pinche sueldo, a veces nomás por hacerse pendejos.

Creo que hasta con cara de pinche loco me vieron los parroquianos. Un pinche loco que se atrevía a elevar la voz en vez de agachar la cabeza. Vaya loco! Y ese es el punto. Somos demasiado agachones la mayoría. Muy respondones en unas cosas, pero weyes en otras. Y como muchos de los clientes del IMSS son gente de escasos recursos, sobretodo en lo referente a educación, no pían por evitar molestar a los ineptos que están detrás del escritorio haciéndose pendejos con una revista de espectáculos.

Una vez acompañé a mi gerente a la Autodeterminación, y por un pinche formato que nos dieron mal en diskete, no podíamos hacerlo. Y era el último día. La última hora. Mi gerente le pidió a la gordinflona que llamara a un superior para ver si nos hacían el paro de su ineptitud, y ni así. Ya cuando se suavizaron un poco las cosas dijo muy quitada de la pena: "Disculpe usted. Es que entré a las 10 y ya van a ser las 3, nuestra hora de salida". PINCHE VIEJA HUEVONA!

¡¡¡Haciéndose la mártir por cinco horas laborales, coño!!! Yo una vez me eché un maratón de 9 am a 6 am del día siguiente (21 horas seguidas), sin hacerla de pedo por mi mísero sueldo, y esta pendeja de medio turno que gana más que yo se hacía la trabajadora incanzable! Mi gerente sólo atino a decir, irónicamente "Sí... la entiendo..."

¿Por qué dejar morir el IMSS? ¿Por qué seguro popular y esas mamadas? Privatización es la clave... dejar en tan mal estado este patrimonio de los mexicanos, para venderlo en chatarra y que de verdad la salud sea cara, como en primer mundo viviendo en el quinto...

Por ello es que nunca dejaré que mi madre se atienda ahí. A un buen doctor aunque nos cueste un poquito. Pero no quiero que le den gato por liebre y tenga que sacarla de ahí un día directo a su funeral. No le tengo confianza al IMSS de hoy. Es un total desmadre. He opido y leído de casos de bebes muertos guardados en archiveros por "olvido", de gasas e instrumentos quirúrgicos dentro del cuerpo de derechohabientes, de equívocos en las operaciones (un riñón por higado por ejemplo)... y al leer esta nota del am de mi Mochilandia, lo confirmo: lo barato sale caro...

Urge una limpia total del IMSS... profesionistas de verdad, de esos que salen año con año de las universidades, y no parientes inútiles por el sindicato... a la mierda esos sindicatos obsoletos, lo dice un marxista leninista...

RIP, Sandra Paola Salmerón...


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